Barcelona
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Eat Street

Ha llegado la primavera, eso no es secreto para nadie, ha llegado el sol cálido y no hay que usar abrigo para salir en la tarde, se puede estar toda la noche en el balcón y no hay necesidad de entrar con desesperación dentro porque el frío no te deja ni disfrutar un cigarrillo, pero ya eso ha cambiado la primavera está aquí y con ella llegan festivales y eventos que el invierno no inspira, como por ejemplo Eat Street, organizado por BCN Mes en la sala Crec. 



Desde que una amiga me envió la invitación por Facebook, la curiosidad y la emoción se apoderó de mí, ya que en el poco tiempo que llevo viviendo en Barcelona, no había visto el primer evento dedicado totalmente a la comida callejera, aquí los food trucks no existen, y eso es algo que hecho de menos. Mi reino por un taco truck, por favor.


Y así como niña emocionada que va a su primer día al colegio, asistí al evento, sin expectativas o esperanzas, sólo con el estómago vacío… Al llegar veo gente, mucha gente y pienso “Bueno un poco de fila nunca mató a nadie”, pero no, esto era bestial, había una fila que le daba la vuelta a la esquina y nada de moverse, algo que me hizo tener un flashback a la vez que pensé que podría ser una buena idea el comprar cronuts en Nueva York, y bueno que sepa el mundo que aquí la gente también hace MUCHA cola por la comida que le interesa, lo que me parece fucking amazing. 


Mientras las personas delante de mí y mi amiga Cindy comían patatas porque al parecer, no aguantaban el hambre yo me tomaba unas cervecitas para hacer la espera menos desesperante.


Después de un total de una hora haciendo cola, las puertas del cielo se abrieron y los ángeles empezaron a cantar, ¡Podía entrar! Y lo primero que mis ojitos vieron fue un stand de comida vietnamita, llamado Banh Mi Amb Tu que no tenían solamente sandwichs (los originales Banh Mi) pero también servían arroz o fideos.





Aquí como en un wok tradicional tenías la opción de armar lo que tú quisieras, yo elegí fideos de arroz, con pepino, rábano, jícama, brotes de soja, zanahoria, pollo asado, cilantro con salsa de cacahuete y Sriracha, mucha Sriracha.


 

El sabor estaba divino, pero un poco lamentable que estaba frío.

Próxima parada: La cocina palpita, donde creo que morí y llegue al cielo tex-mex.

 

Probamos el taco de pato y los nachos, que estaban para morirse.

Podría comerme 50 de esos tacos y 40 de esos nachos, de verdad que sí. Tuve la oportunidad de hablar con uno de los chefs de La Cocina Palpita, y lamentablemente esta gente tan simpática no tiene local, son un grupo de catering que quisiera que cocinara para mí todos los días, ojalá un día abran un pequeño restaurante, aunque sea un pop-up para que la gente pueda comer tex-mex del bueno, ya que en Barcelona hay pocos.

Ahora, cerveza artesanal catalana.


Probamos ambas cervezas que ofrecía la cervecería Barcino, la Bogatell Wheat y la Pale Ale, la acompañamos con los nachos y los tacos y quedaron perfectas, craftbeer y comida callejera va muy de la mano, es casi perfecto.

Después llegamos donde una bonita pareja, Guillermo & Cristina que regalaban muestras de su espléndido hummus hecho en casa.




Por último en el fest, íbamos a comer algo dulce pero realmente me apetecía algo de gordas que casi paso por alto, Pepinillos fritos de Bread & Circuses, una cocina que fusiona la gastronomía americana con ingredientes catalanes, I was so in love.



¡Nunca pensé que me iba a encontrar comiendo pepinillos fritos! y mucho menos waffles con gambas! Estos pequeños aperitivos que estaban muy, muy bien hechos y preparados ahí mismo me dieron muchísimas ganas de ir al restaurante ya que esta gente realmente sabe lo que es la comida comfort americana, algo que me emociona muchísimo tener en un lugar tan lejos de casa.

En fin, para resumir, el evento celebraba la comida callejera y pienso que es algo que le quedo rotundamente bien, todo lo que pude probar estaba riquísimo y me quedé con muchas ganas de probar todo lo otro que había, ahora menos mal que la entrada era libre, ya que después de una hora de hacer cola y con solo 30 minutos dentro de la sala, estaba totalmente agobiada de gente, le hacía falta más organización y control.


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  1. Pingback: Sábado en la calle | Ella Quien Come

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