Month: July 2014

Sabores y texturas que se entrelazan

La comida vegetariana siempre me ha gustado mucho. Por más que sea obsesionada con el chile con carne, las hamburguesas, los cortes ‘extraños’ de carne como el rabo, y hasta recetas de toda la vida como canelones rellenos de carne picada, la gastronomía vegetariana que viene de lugares como la India, el Líbano y Turquía siempre me han apasionado muchísimo, pienso que tiene mucho que ver con la mezcla de ingredientes, y los perfiles y capas de sabores que le dan los condimentos a dichos ingredientes, como las lentejas que solas pueden ser un poco sosas pero con una buena mezcla de condimentos puedes tener una explosión muy agradable en tu boca.

Pastéis de Belém y como me cebé de pastelería portuguesa.

La única dieta que existen en los viajes es la de comer lo que te de la gana. Estar de vacaciones te da la libertad de olvidarte de contar calorías (si es algo que acostumbras hacer, anyway), cenar carbohidratos, tomarte toda la cerveza que quieras y probar absolutamente todo lo que te brinde la cultura gastronómica de aquel lugar que visitas, bueno por lo menos es lo que me gusta hacer a mí y por suerte a las personas con las que viajo también. Esta vez le tocó a la pastelería de Lisboa en específico el Pastel de Belém, también conocido como el Pastel de Nata. Es un pastelito que lleva más de dos siglos en el mercado y fue creado por monjas católicas del monasterio portugués de los Jerónimos del distrito de Belém, en Lisboa. Estos pasteles son un MUST si viajas a Lisboa, ya que ir a Belem solo son 15 minutos en tranvía, aproximadamente.

Fresco de verano

Los viajes siempre han sido algo que me apasionan de forma que me es casi imposible describir. Definitivamente me considero una persona que sufre ferozmente de wanderlust. Mi verano se ha visto lleno de estudios, un viaje por Europa del este, lugares ocultos de Barcelona comida fresca (que por vagancia no he subido aquí, pero puedes mirar en mi Instagram), monumentos y festivales de música. Hace unas semanas emprendí en un viaje superlowbudget de una semana a Budapest, Vienna y Praga, y la verdad es que fue totalmente mágico. A continuación un pequeño ‘photo diary’ de lo que fue de mí en ese viaje, y un poco de mi regreso a Barcelona. Budapest debe de ser la ciudad en la que la paz me ha invadido repentinamente de una forma que solo me pasa cuando estoy frente al mar, algo un poco irónico porque es una ciudad que no tiene mar, solamente un río, pero los ríos no son igual de potentes que el mar, jamás.