Sí, un salvavidas, todo lo resuelve. Si llega una visita sorpresa a tu casa y no tienes que brindarle pues a tostar pan, le pones un poco de pesto por encima, queso o tomate y ya tienes una bonita entrada para brindar. Si tienes hambre y no sabes qué cenar y también te encuentras muy cansada(o) pues a hervir pasta y sólo hay que agregarle pesto y ya tienes una rica cena. Es un riquísimo condimento para sandwichs (a mí me encanta), en fin hay mil formas de usar el pesto, siempre encuentro algo nuevo con qué usarlo y por eso siempre lo tengo en la nevera. Me gusta prepararla yo misma, no me fio de las que venden ya hechas en el supermercado, aunque suelen ser buenas no me gusta pensar que tienen más de 3 meses ahí, preservadas.
Además, lo fresco es lo mejor.
Vas a necesitar:
- 2 dientes de ajo
- 3 manojos de albahaca fresca, sin el tallo
- piñones tostados
- queso parmesano recien rallado
- 2 tazas de aceite de oliva extra virgen
- sal
- pimienta negra recien molida
Lo primero que hice fue majar el ajo con la sal y la pimienta en un pilón (mortero).
Puse las hojas de albahaca en la licuadora (pueden usar un procesador de comida perfectamente), y agregué el ajo con la sal y la pimienta:
Agregué el queso parmesano rallado
también los piñones ya están ahí dentro, y finalmente, el aceite de oliva extra virgen:
Con todos los ingredientes ya en la licuadora, la vamos a poner en la opción “pulsar” y “chop”, y lo vamos a pulsar hasta que esté en pedacitos bien pequeños
y esto lo transferimos a un frasco que más le guste, yo opto por uno de vidrio, de esos de Ikea.
Este frasco de pesto hace un regalo genial.
Si tienen alguna duda, pregunta o sugerencia ¡por favor! no duden en comentar aquí 🙂 También pueden preguntarme vía twitter e instagram: @possiblyjoanne
¡espero que les haya ayudado!
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