Eating out, Santo Domingo
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Ayer estuve en Ribereño

En el lugar donde trabajo, cada dos o tres meses hacemos una reunión de trabajo en Ribereño Restaurante y la verdad es que no me sorprende que la calidad y el buen servicio siempre esté presente en este lugar. Ayer recordé cuanto me encanta este lugar. Todavía no entiendo porqué he tardado tanto en escribir sobre este restaurante, ya que es definitivamente uno de mis tops lugares donde ir a cenar ó la primera recomendación que le doy a cualquier persona cuando quiere ir a un sitio muy bueno…Igual aquí empiezo a contar mi experiencia en Ribereño. 

Empezamos con vino. Claro. Porque cuando un almuerzo se empieza con un buen vino, rara vez termina mal. Decidimos ordenar una botella del vino de la casa, el riquísimo Juan Gil Monastrell de Jumilla, un joven vino tinto con cuatro meses en barrica, que para el menú mediterráneo que tiene Ribereño, marida muy bien los embutidos, arroces, guisos y más.


Y de entrada, Pulpito al grill y Nachos Griegos


El Pulpito al grill es una entrada que también sirve de plato fuerte si quieres comer algo “ligero”, viene sobre una cama de papas y ratatouille. Excelente mezcla de sabores y buena presentación. 


 Algo que me encantó del Pulpito al grill fue el pimiento asado que tenía por encima,

¡Cortado en forma de un pulpo! 

Estos pequeños detallitos son los que me enamoran, además de que me encanta el pulpo, estaba bien suave y perfectamente cocinado.
A+ para esta entrada.


Nachos Griegos, la entrada que siempre, siempre pedimos y nunca nos va a dejar de encantar. No son literalmente nachos, es más un twist de lo que es este plato de la gastronomía mexicana, desde la percepción mediterránea del Chef Ejecutivo de Ribereño, Eduardo Rodríguez.

En vez de tortillas de maíz, son pita chips, Ragout de cordero, salsa Tzatziki y pico de gallo al estilo mediterráneo. Y les doy fé de que es una entrada excelente. A+.





Y después de entradas y varias copas de vino llegan los platos fuertes

Primero: 10oz de Vacío de res acompañado papas a la crema con puerro y bacon. Este plato no lo probé, pero Oliver, quien lo ordenó me dejó saber que le encantó. La carne perfectamente cocida a su preferencia (3/4). Demasiada crema en las papas, lo que lo hacía muy fuerte pero muy delicioso.



Acompañado también de salsa chimichurri, como todo buen corte de carne debe ser. A-


Plato fuerte 2; Paella di Mare.

Claro que iba a pedir algo con marisco. Amo la paella y este plato me tenía emocionada desde que lo leí en el menú.

 
Linda presentación, ¿no? Algo que me encanta de la paella es la cremosidad y textura que tiene el arroz. Esta tenía el balance perfecto entre arroz y marisco, no tenía ni demasiado de uno o demasiado de otro y esto es algo que yo pude disfrutar mucho. Se me hizo difícil dejar de comer de esta paella cuando estaba llena porque estaba MUY deliciosa. A+
 
 



Plato fuerte 3: Hamburguesa Ribereño.
Me voy a osar a decir que es la mejor hamburguesa que he probado en mi vida.


Es una hamburguesa de 10 oz de Sirloin, envuelta en masa de hojaldre con queso gruyère, tocineta ahumada y dos salsas para acompañar: la típica salsa rosada de toda la vida y otra de hongos y crema. Y claro papas fritas. OMG.

 

 La decadencia y el hedonismo en un solo plato. No sé si es la mantequilla. No sé si es la perfecta combinación de ingredientes, pero esta hamburguesa es, en mis ojos y paladar, perfecta. El verdadero must have de Ribereño. A+++++


Ahora los postres.

Crème brûlée de Nutella.

Como una Amélie cualquiera me encanta romperle la costra de arriba de los crème brûlée’s aunque éste no la tiene, sí tiene la misma textura que un buen crème brûlée tiene. Y está riquísimo.



Si eres de las personas que le gusta mucho el chocolate, este es el postre para ti.


Y el segundo y último postre: Cheesecake de queso de cabra, con dulce de leche y mermelada de moras.
 
 
 

Otro postre que me fascina, ya que tiene un contraste riquísimo entre lo salado del queso de cabra y el dulce de leche + la mermelada. Buenísimo con un café espresso y un rico gusto para terminar un almuerzo o cena. 

Voy a catalogar a Ribereño Restaurante, como mi restaurante favorito.  Este fue el almuerzo más satisfactorio que he tenido en mucho tiempo (la comida de mi madre no cuenta aquí), y no porque la comida sea excelente, tiene mucho que ver con lo placentero que es el ambiente y lo bien que es el trato (por favor pidan que les atienda Carlos), se nota mucho el entrenamiento que tienen los meseros y es algo que le hace falta a muchos restaurantes y es digno de copiar ya que al preguntarle algo sobre cualquier cosa en el menú te responden con su opinión personal sobre ese plato y no con la descripción del menú. 

No dejaré de recomendar este lugar, y mucho menos dejaré de ir. 

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